Lunes, 17 de Noviembre de 2025

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Opinión I Bedolla apuesta por un experto en inteligencia; Michoacán renueva su estrategia de seguridad.

Opinión I Bedolla apuesta por un experto en inteligencia; Michoacán renueva su estrategia de seguridad.
Carolina Loa

Morelia, Michoacán, 17 de noviembre de 2025.- El nombramiento de José Antonio Cruz Medina como nuevo titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán abre un capítulo que, más que celebratorio, exige una reflexión profunda sobre el rumbo real de la estrategia estatal en materia de seguridad.

Con su llegada, ya son tres los secretarios que han pasado por la dependencia en lo que va del gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla, una rotación que evidencia tanto la fragilidad institucional como la tensión permanente entre el discurso oficial y los hechos que marcan la vida pública del estado.

El relevo surge tras los efectos que ha causado el asesinato de Carlos Manzo, ocurrido el 1° de noviembre en Uruapan, un crimen que cimbró al estado y al país, y volvió a poner en jaque al gobierno estatal y federal para garantizar condiciones mínimas de seguridad. Pero el trasfondo es más amplio; antes de Cruz Medina, la SSP enfrentó la salida del general José Alfredo Reyes tras protestas y descontento dentro de la Policía estatal, y la breve gestión de Juan Carlos Oseguera Cortés, quien llegó como figura conciliadora ante la crisis interna.

En ese contexto, el arribo de Cruz Medina, con una trayectoria robusta en inteligencia, análisis y operaciones tácticas, se presenta como un movimiento estratégico. El exvicefiscal acumula más de dos décadas en áreas clave de combate a la delincuencia, desde investigaciones de alto impacto en la extinta Policía Federal hasta responsabilidades en la Guardia Nacional y fiscalías estatales. Su perfil técnico y su experiencia internacional parecen brindar las credenciales necesarias para fortalecer la coordinación con el Gobierno federal y la estrategia de seguridad impulsada desde la presidencia de Claudia Sheinbaum.

Sin embargo, el verdadero desafío no radica en el currículum del nuevo secretario, sino en la capacidad del gobierno estatal para permitirle operar con autonomía, continuidad y un margen real de maniobra. Michoacán ha padecido históricamente cambios abruptos, apuestas tácticas de corta duración y un entramado institucional que no siempre acompaña las decisiones de quienes encabezan la SSP. La seguridad pública requiere algo más que perfiles sobresalientes; requiere estabilidad administrativa, claridad en la cadena de mando y compromiso político sostenido.

La pregunta que queda en el aire es inevitable: ¿este relevo significará un cambio de fondo o será apenas otro gesto reactivo ante la presión social y el deterioro de la seguridad? El gobierno de Bedolla enfrenta una de sus pruebas más serias, en un momento donde la ciudadanía exige resultados verificables y no solo ajustes en el gabinete.

Por ahora, la llegada de Cruz Medina abre una expectativa prudente, pero también una advertencia: la seguridad de Michoacán no se transformará por decreto ni con un solo nombre. El tiempo y los hechos, determinarán si este movimiento representa el inicio de una ruta sólida hacia la pacificación o si se convertirá en otro episodio de un ciclo que ya se ha repetido demasiadas veces.