¿qué me gustó de… la novela “El tercer amor”?

Por Judy Mena
De la novela “El tercer amor” (2025) me gustó, sin lugar a duda, la forma maravillosa que tiene Hiromi Kawakami de ver al amor como ese encuentro de dos almas que coinciden en lo cotidiano para acompañarse y deconstruirse, aunque también, frecuentemente y llegado cierto momento, abrir los brazos y despedirse; o como esa ensoñación que nos rememorará por siempre algún detalle, aroma, ajuar, bebida o exquisitez culinaria seleccionada y preparada con esmero para ese otro, por el que estuvimos dispuestos a dejar de lado todo o cambiar nuestro propio mundo.
En esta obra, Kawakami le impone a sus personajes femeninos y masculinos la consigna de amar a través del tiempo, es así como descubren al primer amor, al amor entrañable y al amor de su vida, pero, también, es así como sus lectores caemos en cuenta de las diversas tríadas que nos plantea la autora, como lo es el papel de la mujer en tres momentos icónico de la historia y cultura japonesa; las ideas, elecciones y sueños de las infantas, las adolescentes y las mujeres adultas; el amor desde las perspectivas de los esposos, los amantes y los padres; el pasado o la carga cultural socialmente impuesta, el presente con su autodeterminación personal y los sueños o ese mundo onírico donde vivimos los deseos reprimidos.
Riko, personaje principal, vive en Japón en la era Reiwa (actualidad), en el que la mujer ha conquistado ciertas “libertades” que le permiten, entre otras cosas, seleccionar a su pareja, su profesión y ocupación, sin embargo, nuestra protagonista ha elegido casarse con su amor de juventud pese a las advertencias de su madre y se enfrenta a las infidelidades de Naa-chan atrapada en las tareas del hogar y el cuidado de su jardín; por lo que comienza a soñar con las personalidades de Shungetsu, una oiran (cortesana de alto rango) del distrito de Yoshiwara en el período Edo (1603-1868), quien añora escapar con el amor de su vida de su destino en el comercio del entretenimiento y la prostitución legal y de una nyobo (dama de compañía al servicio de una noble) en el período Heian (794-1185), quien desempeña de manera determinada y aguerrida el rol que la sociedad de su época le ha impuesto.
La narración de Hiromi Kawakami es sencilla y de fácil lectura, pero recomiendo tener a mano una forma de consulta de términos, lugares y sobre todo referencias, como lo son la novela “Los viajes de Takaoka” de Tatsuhiko Shibusawa (1989), el clásico japonés “Los cuentos de Ise” y “Los cuentos de Genji”.
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tik tok @judymena
De la novela “El tercer amor” (2025) me gustó, sin lugar a duda, la forma maravillosa que tiene Hiromi Kawakami de ver al amor como ese encuentro de dos almas que coinciden en lo cotidiano para acompañarse y deconstruirse, aunque también, frecuentemente y llegado cierto momento, abrir los brazos y despedirse; o como esa ensoñación que nos rememorará por siempre algún detalle, aroma, ajuar, bebida o exquisitez culinaria seleccionada y preparada con esmero para ese otro, por el que estuvimos dispuestos a dejar de lado todo o cambiar nuestro propio mundo.
En esta obra, Kawakami le impone a sus personajes femeninos y masculinos la consigna de amar a través del tiempo, es así como descubren al primer amor, al amor entrañable y al amor de su vida, pero, también, es así como sus lectores caemos en cuenta de las diversas tríadas que nos plantea la autora, como lo es el papel de la mujer en tres momentos icónico de la historia y cultura japonesa; las ideas, elecciones y sueños de las infantas, las adolescentes y las mujeres adultas; el amor desde las perspectivas de los esposos, los amantes y los padres; el pasado o la carga cultural socialmente impuesta, el presente con su autodeterminación personal y los sueños o ese mundo onírico donde vivimos los deseos reprimidos.
Riko, personaje principal, vive en Japón en la era Reiwa (actualidad), en el que la mujer ha conquistado ciertas “libertades” que le permiten, entre otras cosas, seleccionar a su pareja, su profesión y ocupación, sin embargo, nuestra protagonista ha elegido casarse con su amor de juventud pese a las advertencias de su madre y se enfrenta a las infidelidades de Naa-chan atrapada en las tareas del hogar y el cuidado de su jardín; por lo que comienza a soñar con las personalidades de Shungetsu, una oiran (cortesana de alto rango) del distrito de Yoshiwara en el período Edo (1603-1868), quien añora escapar con el amor de su vida de su destino en el comercio del entretenimiento y la prostitución legal y de una nyobo (dama de compañía al servicio de una noble) en el período Heian (794-1185), quien desempeña de manera determinada y aguerrida el rol que la sociedad de su época le ha impuesto.
La narración de Hiromi Kawakami es sencilla y de fácil lectura, pero recomiendo tener a mano una forma de consulta de términos, lugares y sobre todo referencias, como lo son la novela “Los viajes de Takaoka” de Tatsuhiko Shibusawa (1989), el clásico japonés “Los cuentos de Ise” y “Los cuentos de Genji”.
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